Este paradigma (Hamachek 1987, Rogers, 1978) está centrado en ayudar a los alumnos para
que decidan lo que ellos son y lo que ellos quieren llegar a ser. La educación
humanista se basa en la idea de que todos los estudiantes son diferentes y los
ayuda a ser más como ellos mismos y menos como los demás.
Los alumnos son entes individuales completamente únicos y
diferentes de los demás. Son vistos como seres con iniciativa, con necesidades
personales de crecer, con autodeterminación, con la potencialidad de
desarrollar actividades y solucionar problemas creativamente.
El maestro es el núcleo central del papel del docente en
una educación humanista y está basado en una relación de respeto con sus
alumnos. Debe ser un facilitador de la capacidad potencial de autorrealización
de los alumnos.
Se proponen una serie de técnicas y sugerencias con la
finalidad de lograr una comprensión más adecuada de la conducta de los alumnos,
mejorar el clima de respeto, dar oportunidad a los alumnos para:
1. Los programas deben ser más flexibles y proporcionar
mayor apertura a los alumnos.
2. Se debe proveer el aprendizaje significativo
vivencial.
3. Se debe dar primacía a las conductas creativas de los
alumnos.
4. Se debe propiciar mayor autonomía a los alumnos.
5. Se debe dar oportunidad a la cooperación de los
alumnos.
6. Se debe dar oportunidad para que los alumnos hagan
evaluación interna.
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