El proceso pedagógico implica actitud y comunicación, que
evoluciona en un proceso formativo, interactivo que apoya la personalidad
presente y futura de los protagonistas (comunidad escolar) quienes durante el
proceso van moldeándose en mayor o menor medida cambiando su manera de
ser mediante nexos comunicativos de contenido físico, cognitivo y afectivo que
intercambia, interactúan y socializan.
La escuela es un sistema que requiere de una comunicación gestionada
para lograr una organización optima y desarrollar un buen funcionamiento de la
misma.
Es recomendable que se privilegie el diálogo para
establecer acuerdos, consensos, compromisos y tareas que les cultive a los
integrantes de la comunidad educativa, el sentimiento de responsabilidad y
pertenencia a la institución.
La comunicación es decisiva en la planeación, implementación, seguimiento,
evaluación y rendición de cuentas del plan de trabajo (Ruta de Mejora).
No es bueno el aislamiento pues genera incomunicación y
des-organización, manifestándose y obstaculizando el trabajo.
La colaboración es necesaria para establecer la confianza entre docentes,
al inicio puede haber confrontaciones de puntos de vista diferentes; pero es
necesario para lograr acuerdos a partir de reconocer la necesidad de trabajar
colectivamente en beneficio de la comunidad escolar.
La gestión es necesaria de una manera horizontal y
excelente comunicación para evitar malos entendidos y que todos los
involucrados tengan claros propósitos y metas a conseguir.
La comunicación al interior de la institución puede ser formal
o informal.
Al impulsar la comunicación al interior de la escuela
genera un mejor funcionamiento y se puede actuar más rápido sobre la búsqueda
de soluciones a problemáticas encontradas en la escuela, sobre todo al interior
de las aulas escolares.
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